MOSTAZA EN GRANO

Las semillas de mostaza deben consumirse con un mínimo de procesamiento. Puedes añadirlas, enteras, molidas o machacadas o bien mezcladas con agua, vinagre, zumo de limón, vino u otros líquidos, sal y/u otros condimentos para conseguir la pasta o salsa de colores amarillentos y con un sabor que puede variar del dulce al picante dependiendo de la variedad de semilla escogida.

Hay tres tipos: blanca o amarilla, marrón y negra. Cada una otorga un toque ácido y picante singular al resultado final. Las negras son las más picantes y son las utilizadas para la elaboración de currys. La marrón es con la que actualmente se elabora la famosa Mostaza Dijon y la blanca o amarilla es la natural del Mediterráneo, su sabor es más suave y se suele utilizar para hacer salmueras, escabeches o en cualquier tipo de adobado o verdura fermentada.

Sí, las semillas o granos de mostaza son lo mismo. Ten en cuenta que las semillas o granos de mostaza secos no son picantes y su polvo tampoco. El picante se desarrolla pasados minutos u horas cuando las semillas se ponen a remojo en un líquido y se muelen o simplemente se humedecen.

Cuando compramos productos primarios con los que realizar diferentes elaboraciones, es importante que sean de buena calidad, libre de pesticidas, fertilizantes, modificaciones genéticas y otros químicos perjudiciales para la salud, no sólo para poder conseguir el mejor resultado tanto en sabor como en salud si no también por tener la certeza de saber exactamente qué llevan los alimentos que consumes en tu día a día.

Preparar la salsa de mostaza es sencillo y mucho más natural que las comerciales. Primero activa 1 taza de semillas de mostaza (en remojo durante 8h para ablandarlas y que sus enzimas y nutrientes estén más disponibles). Reserva la mitad de las semillas y en un procesador coloca la otra mitad junto con ½ taza de vinagre blanco, ½ taza de agua, 2 cucharadas de azúcar panela, miel o sirope de agave,1 cucharadita de sal y 1 cucharada de cúrcuma en polvo. Bate hasta obtener una mezcla muy fina y añade el resto de semillas de mostaza mezclando bien con una cuchara. Si notas exceso de amargura, guárdala en un bote de cristal en la nevera y déjala reposar de 1 a 2 semanas para que su amargura vaya desapareciendo.

Sus beneficios no sólo son culinarios sino también de salud, las semillas de mostaza tienen propiedades anticáncer y antiinflamatorias, además ayudan a combatir síntomas de catarros y afecciones respiratorias como congestión nasal, bronquitis, etc., ayudan a aliviar el cansancio y dolor muscular, en reducir el dolor de cabeza y cuello y además favorecen la digestión y estimulan el apetito.